sábado, 30 de agosto de 2008

Dialectos (¿Y Porno para Ricardo?)

Aquí tenemos un buen ejemplo para ilustrar la conversación sobre los dialectos y de paso encuentro un pretexto para combinar mis inquietudes políticas con las estéticas. Detrás de la detención del cantante de Porno para Ricardo hay una larga historia de rechazo al rock dentro de la cultura oficial cubana. No creo que ello se debiera a que ciertos funcionarios tuvieran un gusto estético demasiado conservador. Simplemente la cultura del rock tiene que ver con la articulación de un discurso sobre la libertad, de una manera que cuestiona las relaciones entre el individuo y el grupo, así como las relaciones generacionales y, por supuesto, las relaciones con los diferentes poderes que actúan en la sociedad.

En Cuba, cualquier discurso sobre la libertad entra en el rango de los dialectos, si no es generado, sancionado y "redactado" desde las altas esferas del poder político. El rock, que no sólo es discurso, sino también práctica de la libertad, fue desplazado hacia los márgenes de la cultura cubana y fue (no sin razón) entendido como un fenómeno cultural de índole contestataria.

Dentro de la cultura del rock puede llegar a apreciarse la marginalidad como un elemento de respuesta o de resistencia ante los poderes establecidos. Porno para Ricardo puede incluso explotar (en términos ideológicos al menos) su posición marginal respecto al mercado internacional de la música. Pero creo que hay elementos de más peso para que su lenguaje entre en el rango de los dialectos, y es que su discurso es inaudito en el contexto cubano, más por la forma que por el contenido. Una manera tan directa y tan poco poética de dirigirse y oponerse a las autoridades, no tiene antecedentes en el arte cubano postrevolucionario, un arte que, por lo menos en los últimos tiempos, ha refinado sus mecanismos para estetizar la inconformidad. Por eso, si algo le molesta a las autoridades no es el "ruido" que hace la banda en sus ensayos, sino el ruido que significan ellos dentro de un sistema (también lingüístico) construido de susurros, metáforas y retruécanos.

Ese sistema garantiza el orden en las relaciones entre los artistas y los poderes en Cuba. Violentar de una manera tan poco "diplomática" ese orden no sólo es poco "estético", sino incluso es poco "político". El discurso de Porno para Ricardo es poco estético, entre otras razones porque también es marginal respecto a la noción tradicional de belleza (¡Cuán cursi me parece ahora la melancolía de Silvio Rodríguez!). Y es poco político porque no deja margen para la negociación. Y a las autoridades les quedan solamente dos opciones: o reprimen brutalmente o encuentran otras fórmulas para negociar.